Generadores de ozono, ¿prevención de virus?

Categorías : Prevención de Covid-19
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Según la OMS, este gas presente en la atmósfera es el desinfectante más potente contra todo tipo de microorganismos

El ozono destruye numerosos virus, bacterias y hongos, y es muy eficaz contra la familia de coronavirus. Hay estudios que demuestran que elimina más del 99% de los virus en tan solo 20 segundos.

El tratamiento con ozono no es nuevo. Entró con fuerza en el siglo XXI como un elemento fundamental para locales y baños públicos porque elimina los malos olores, e higieniza el ambiente. Pues bien, desde que la OMS lo señaló como un elemento fundamental en la lucha contra el COVID-19, sus ventas se han disparado. Algunas empresas como EUROCLIMA 2.000 ENERGIA ya lo comercializan.

¿Que es?, ¿Como funciona? y ¿Cuales son sus aplicaciones?

El término “ozono” es de sobra conocido: todo el mundo está enterado de la importancia de la capa de ozono, y de cómo el agujero que ciertos compuestos (FCF) estaban originando en esta capa de la estratosfera hacía peligrar nuestra salud, ya que la capa de ozono nos protege de las radiaciones ultravioletas perjudiciales del sol. También el término es conocido y en este caso percibido negativamente por las alertas que, de verano en verano, saltan en los alrededores de las ciudades cuando aumentan las concentraciones de ozono en la baja troposfera, debido a la contaminación. Lo que ya es menos sabido respecto al ozono es su gran eficacia como biocida, debida a su poder oxidante, que permite asimismo su uso como desodorante y en la eliminación de todo tipo de contaminación química, tanto en agua como en aire.

Esta naturaleza fuertemente oxidante del ozono lo convierte en una herramienta de especial utilidad en la industria agro-alimentaria, ya que a su alta eficacia en la eliminación de microorganismos y compuestos químicos contaminantes, se suma la gran ventaja que supone su nula residualidad: el ozono se descompone rápidamente en O2 y CO2, sin dejar subproductos tóxicos. Utilizado como desinfectante, el ozono tiene una acción muy rápida a bajas concentraciones (tanto en agua como en aire), siendo muy eficaz en la eliminación de hongos, bacterias, virus y protozoos, así como en la degradación de compuestos químicos como los COV (compuestos orgánicos volátiles), y aquellos responsables de los malos olores, por lo que un beneficio adicional de la desinfección con ozono es la desodorización. Además, se descompone muy rápidamente (es una molécula muy inestable, su vida media es de 20-60 minutos) por lo que no deja residual.

El ozono (O3) es una sustancia cuya molécula está compuesta por tres átomos de oxígeno, formada al disociarse los dos átomos que componen normalmente el gas de oxígeno. Cuando el oxígeno del aire es sometido a un pulso de alta energía, como un rayo, el doble enlace O=O del oxígeno se rompe, entregando dos átomos, los cuales luego se recombinan con otras moléculas de este elemento. Estas moléculas recombinadas contienen tres átomos de oxígeno en vez de dos, lo que da lugar al ozono. Debido a la inestabilidad del compuesto, el ozono debe ser producido en el sitio de aplicación mediante unos generadores.

El funcionamiento de estos aparatos es sencillo: pasan un flujo de oxígeno a través de dos electrodos. De esta manera, al aplicar un voltaje determinado, se provoca una corriente de electrones en el espacio delimitado por los electrodos, que es por el cual pasa el gas. Estos electrones provocarán la disociación de las moléculas de oxígeno que posteriormente formarán el ozono. Al estar compartiendo los electrones entre tres átomos en lugar de entre dos, la molécula resultante es muy inestable, y tiende a captar electrones de cualquier compuesto que se le aproxime para recuperar su estabilidad; es decir, es un oxidante fuerte. De ahí sus extraordinarias propiedades biocidas, desodorantes y de destrucción de compuestos químicos: al captar electrones de otras moléculas, oxidándolas, las desestabiliza hasta el punto de destruirlas si la concentración de ozono y/o el tiempo de contacto es suficiente.

Debido a su capacidad oxidante, así como a su inestabilidad, que hace que revierta rápidamente en oxígeno, se puede usar el ozono en cualquier proceso que haga necesaria una desinfección rápida y eficaz. Así, el ozono disuelto en agua se utiliza para potabilización, recuperación de aguas residuales para riego y usos recreativos, lavado en Industria Alimentaria de alimentos y útiles de trabajo en contacto con estos, lavado de ropa (en lavanderías industriales, de colectividades o particulares), agua de riego, lavado de gases, elaboración de hielo, control de Legionella, etc.

En aire, el ozono es usado para desinfectar ambientes interiores, a fin de asegurar la calidad microbiológica del aire, así como para el control de olores: cámaras frigoríficas, canal HoReCa, desinfecciones alimentarias en seco, gimnasios, plantas de gestión de residuos, etc. Aplicado en aire, el uso del ozono en descontaminación ambiental es seguro, en contra de lo que pueda parecer en principio, debido al perfecto control sobre los niveles residuales de ozono en el aire respirable, que permite el uso de un desinfectante altamente eficaz sin efectos indeseados en las personas que ocupan las zonas comunes de los lugares tratados, evitando en gran medida el riesgo de contagios y mejorando la calidad del aire, no sólo en cuanto a niveles microbiológicos, sino también en cuanto a olores desagradables y ambientes cargados se refiere, proporcionando un aire sano, limpio y fresco.

En el caso de tratamientos realizados en ausencia de personas, las dosis pueden ser tan altas como sea necesario en cada aplicación. Dada la corta vida media del ozono, el tiempo de seguridad antes del acceso al recinto tratado no será muy largo (de 20 a 60 minutos), pudiendo asimismo destruirse el exceso de ozono fácilmente mediante UV, filtros de carbón activo, etc., en caso necesario. Al estar compartiendo los electrones entre tres átomos de oxígeno en lugar de entre dos, la molécula resultante es muy inestable, y tiende a captar electrones de cualquier compuesto que se le aproxime para recuperar su estabilidad; es decir, es un oxidante fuerte.

Esta característica es la que confiere al ozono sus propiedades como biocida, desodorante y descontaminante.

- El ozono es el oxidante más potente para la desinfección de agua, aire y superficies.

- El ozono elimina patógenos en cuestión de segundos a diferencia de otros desinfectantes.

- El ozono es uno de los oxidantes más potentes entre los disponibles para la degradación de compuestos orgánicos.

- El ozono se descompone en oxígeno.

- EL ozono, por sí mismo, no afecta al pH.

- El ozono no debe ser almacenado, por lo que se elimina el peligro de tener que almacenar gran cantidad de producto.

- El ozono es excelente en la oxidación de metales como el hierro, manganeso, etc., potenciando la floculación y coagulación de materia orgánica, lo que mejora la filtración.

- El ozono es efectivo en la oxidación parcial de materia orgánica del agua a compuestos biodegradables que pueden ser retirados por filtración biológica. La base de la acción bactericida de cualquier agente suele ser la oxidación de componentes fundamentales para la supervivencia de los microorganismos. La capacidad de oxidar con mayor o menor facilidad dichas estructuras marca la diferencia, en cuanto a eficacia, de los distintos compuestos utilizados normalmente en la desinfección.

El ozono es uno de los compuestos con mayor capacidad oxidante, muy superior al cloro, lo que quiere decir que tiene mayor eficiencia biocida. De hecho, el ozono es por lo menos diez veces más potente que el cloro como desinfectante. 

La pared es una envoltura rígida y fuerte que da forma a la célula bacteriana. Esta estructura mantiene la forma de las bacterias frente a variaciones de la presión osmótica. También actúa como una membrana semipermeable regulando el paso de iones. Esta envoltura, una vez formada, puede ser resistente a la acción de los antibióticos, ya que estos actúan sobre las enzimas que regulan la formación de la pared. Cualquier sustancia que rompa la cápsula o la pared bacteriana, conseguirá su destrucción total o parcial, dependiendo del nivel de daño que origine esa sustancia.

El ozono interfiere con el metabolismo de las células bacterianas, muy probablemente a través de la inhibición y bloqueo del funcionamiento del sistema de control enzimático. Una cantidad suficiente de ozono daña la membrana celular, y esto conduce a la destrucción de la bacteria.

En cuanto a los virus, son agentes infecciosos que constan de un solo ácido nucleico (ADN o ARN), rodeado por una cubierta formada por una o varias proteínas, capaces de transmitir su genoma de una célula a otra, utilizando la maquinaria enzimática del hospedador para su multiplicación intracelular. El ozono destruye con facilidad estas moléculas a dosis más bajas que las necesarias para destruir las bacterias.

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